lunes, junio 26, 2006

Tiempo al pedo

Y como tengo muuuuuucho tiempo al cuete, me dedico a observar el comportamiento de mis dos animalitos. Es genial ver como se comportan y como logran que nosotros giremos en torno a ellos. Sobre todo Kiri que es la más pispireta de los dos. Haru se la pasa durmiendo, demasiado deprimido por el hecho de que mi vieja no está (igual que Carlos... hombres!).
Hablemos de Kirita. Hace cosa de dos semanas descubrió un nuevo divertimento en el baño, donde se queda horas y horas mirando la rejilla. De vez en cuando paso por ahí y abro la canilla, lo que provoca un escándalo mayúsculo en la gata que empieza a saltar y maullar contentísima con el agua que corre. Lo malo fue que se me ocurrió avisarles al resto de los homo sapiens que la gata estaba en el baño permanentemente y que en cualquier momento la perdíamos adentro del inodoro ¿Para qué? Ahora Carlos volvió a sacar a relucir sus ideas de que hay que mantenerla encerrada o por lo menos la puerta del baño tapiada... ocviamente, no cumplo ninguno de los dos pedidos y, aunque a él le moleste, cuando veo la puerta del baño cerrada, la abro. De vez en cuando, cuando abro la puerta, en vez de entrar corriendo, Kiri sale corriendo... jejeje. Ayer me quedé viendo como ella miraba la rejilla. Es fantástica. Se sienta (está tan gordota que tiene forma de pera deforme... hermosa) y con una patita, en gral la derecha, intenta sacar la rejilla mientras empieza a hacer ruiditos (suenan a grriiii mmmmmmmmmmrrrrrrrrri cuuuuuuuuuuuuuuuurrrrrrrrrrriiiiiiiiii... o algo así) como si se preguntara por que carajos esa cosa metálica no sale. Otras veces se aburre y me empieza a seguir por toda la casa hata que me apiolo y le abro un rato la canilla. Anteayer la dejé conmigo adentro mientars me bañaba... te juro que su alegria fue infinita... aunque cuandos se dio cuenta que se estaba humedeciéndo de a poco, se puso un tanto histérica. Quedó con todos los pelos inflados y parecía un peluche... no le gustó nada, odresita. Me estuvo maullando como media hora y te aseguro que el reto se entendió bárbaro.
Haru ya está acostumbrado a ella... el tema es que a veces se la queda mirando con cara de perro adulto, mirá como me porto, mientras la animalita corre, salta y jode atrás de la plumita. Cuando Haru se cansa, la saca de un garrazo y se come la pluma. Ya lo hizo unas veinte veces. Cada vez que lo vemos no podemos reprimir un "Aaaaay, que perrito lindo... mirá como la controla" mientras Carlos pone cara de pena y Kiri observa con ganas asesinas... Hasta que no soporta la escena y salta arriba de Haru para salvar lo que queda de pluma... Ahi nomás, empieza una correría por toda la casa de Haru persiguiendo a Kiri, Carlos persiguiendo a Haru al grito de "Perro portate bien", mamá persiguiendo a Carlos al grito de "Dejá que jueguen" y yo persiguiendo a todos al grito de "Noooooooooooooooooooooooo... la plumita nooooooooooooooooo"... Jejeje... nos divertimos mucho en esos casos... excepto Carlos que se resfría de los nervios.
La hora de la comida es otra cosa. Como comemos como buenos norteamericanos (en frente del televisor), la comida está cerca de los dos animalejos. Por un lado tenemos a Haru que mira con cara de hambre mientras llora bajito para que noa apiademos de él y le demos alguito... por el otro, la gata, más piola, que sube a la mesita y se va a cercando de a poco a MI plato, poquito a poco, hasta que yo bajo la vista y me encuentro con la mitad del gato sobre mi cena... todas las noches es lo mismo. Ayer no, pero fue porque pedimos pizza y cuando nos dimos cuenta Kiri estaba sentada sobre la caja cerrada... y nosotros no pudimos decirle nada porque no nos dimos cuenta por lo interesante de la película... bueno, por lo estúpido de la película...
Mmmm... me cansé... voy a seguir debatiendo con Vivky acerca de los inflables para las hemorroides.
Saludos, me alegroq ue esté todo bien por allá.
Besotes.
Naty